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Entendiendo la infertilidad

La especie humana tiene un bajo potencial reproductivo siendo la fecundidad (posibilidad de conseguir un embarazo) mensual máxima de una pareja joven con menos de 30 años no superior al 30%. Las razones por las que la fertilidad es tan reducida son muy cuestionadas en la actualidad. Teniendo en cuenta esto, la esterilidad o infertilidad se define como la incapacidad para conseguir un embarazo tras un año de relaciones sexuales regulares no protegidas, es decir, no debemos considerar que una pareja tiene problemas hasta que no haya transcurrido un periodo razonable de haberlo intentado. Además, se considera esterilidad primaria cuando nunca se ha conseguido embarazo sin tratamiento y se habla de esterilidad secundaria si tras una gestación conseguida sin tratamiento, transcurren más de 12 meses sin conseguir un nuevo embarazo.

 

En países industrializados se admite que unas 1200 nuevas parejas por cada millón de habitantes y año tienen problemas de infertilidad, lo que supone aproximadamente entre un 15 y un 20% de las parejas con deseo de embarazo.

 

Aunque en algunas ocasiones, periodos más prolongados pueden llegar a conseguir una gestación espontáneamente, no hay duda de que todas estas parejas deberían acudir a centros especializados para descartar posibles patologías y para, en su caso, acceder a las técnicas de reproducción asistida.

Por lo tanto, el estudio médico sobre la fertilidad de una pareja (o de una mujer) debería comenzar tras un año de relaciones sexuales sin protección. Distintos factores asociados podrían ser indicativos de iniciar a los 6 meses este estudio, como por ejemplo que la mujer tenga más de 35 años, presentar anormalidades menstruales, historial de enfermedad pélvica, anomalías testiculares o cirugías.

La esterilidad puede ser de causa femenina, masculina o mixta cuando afecta a los dos miembros de la pareja.

La infertilidad puede ser causada por muchos factores, tanto físicos como emocionales. Pudiendo deberse a problemas en el hombre, en la mujer o en ambos. Además, no siempre hay una única causa de esterilidad, encontrándose dos o más causas en casi un 30% de los casos.

Sin duda, el factor más importante es la edad de la mujer, produciéndose con el paso de los años una reducción tanto de la cantidad como de la calidad de los óvulos. Este descenso se produce sobre todo a partir de los 35 años y se acentúa mucho más a partir de los 40 años.

 

Como se puede apreciar en la gráfica, a partir de los 35 años el número de óvulos disminuye mucho (línea continua), al igual que a partir de esta misma edad aumenta mucho la proporción de óvulos de mala calidad (línea discontinua).

 

 

Las técnicas de reproducción asistida se han desarrollado para intentar solucionar, en muchos casos, estos problemas y ayudan cada vez a más parejas a conseguir el deseo de tener un hijo.

Aproximadamente en España nacen unos 40.000 bebes mediante estas técnicas lo que supone casi un 8% de todos los nacimientos.

Hay que tener en cuenta que la esterilidad no es sólo la dificultad para concebir, también existen factores que impiden la consecución de un embarazo evolutivo, como es el fallo de implantación o el aborto de repetición. Podemos hablar de fallo de implantación cuando una persona no consigue gestación tras 3 o más ciclos de FIV o 2 de ovodonación siempre que no haya problemas evidentes en el útero y se haya realizado transferencias de embriones de buena calidad.

Por otro lado, hablamos de aborto de repetición cuando han tenido lugar 3 o más pérdidas gestacionales consecutivas antes de la semana 20, pudiendo ser primaria o secundaria según hayan tenido un hijo previo o no. La etiología de estas dos patologías difiere entre los diferentes casos variando también el tipo de tratamiento empleado.

 

Como has podido comprobar, los problemas reproductivos pueden tener causas muy diversas y variadas, por ello, es recomendable que asistas a un centro que tenga experiencia en casos similares al tuyo, además de contar con profesionales con demostrada experiencia en cada área y disponer de las instalaciones y de los equipos necesarios para llevar a cabo tu tratamiento en las mejores condiciones.

Para conocer la tasa de éxito de una técnica de un centro determinado, existe el Registro de la Sociedad Española de Fertilidad, donde todas las clínicas publican cada año los resultados de todos los ciclos de reproducción asistida que han realizado.

 

Además del aspecto profesional de los centros, también es muy importante que te sientas a gusto con el trato recibido por parte del equipo desde el primer momento, ya que las dificultades para conseguir el embarazo ponen a prueba tus emociones y las de tu pareja. Puede parecer un detalle menor, pero es muy importante sentirse comprendido y apoyado en todo momento.

 

Otro aspecto a tener en cuenta es el coste económico. Los tratamientos de reproducción asistida tienen un precio elevado ya que requieren un extenso equipo humano muy especializado y precisan de una tecnología muy sofisticada. Cuando compares los costes de los diferentes centros, aparte de tener en cuenta las tasas de éxitos de los tratamientos y de los servicios que ofrecen, también hay que recordar sumar el coste de los desplazamientos, los días de estancia o los días en los que te tienes que ausentar del trabajo.

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