El modelo habitual de familia ha evolucionado y la diversidad familiar es una realidad social. Cada vez hay más mujeres que quieren ser madres sin necesidad de una pareja masculina para ver realizado su deseo de tener un hijo/a.

Para ello, hay que destacar la necesidad de un donante de semen anónimo que aporte el gameto masculino para realizar el tratamiento de reproducción asistida y lograr el embarazo en una de ellas.

Se pueden recurrir a los siguientes tratamientos de fertilidad con semen de donante:
 

• Inseminación artificial (IA): método más sencillo. Una de las dos mujeres de la pareja se realiza una inseminación artificial con semen de donante.
• Fecundación in vitro (FIV): método con mayor demanda. Se realiza la fecundación de un óvulo de una de las mujeres con el espermatozoide de un donante y, una vez el embrión sea óptimo se transfiere a su útero para que se produzca el embarazo.

Tanto en el caso de la IA como en la FIV, aunque solo una de las dos mujeres sea la que se somete al tratamiento, ambas firmarán el consentimiento informado, por lo que ambas serán las madres legales.

Método ROPA (Recepción de Ovocitos de la Pareja):
 

método novedoso y exclusivo para parejas de mujeres. Permite que las dos mujeres disfruten de la maternidad compartida aportando cada una su carga genética al futuro bebé. Consiste en realizar una estimulación ovárica a un miembro de la pareja, realizar la fecundación de los ovocitos con semen de donante anónimo y una vez generados los embriones, se transfieren al útero de la otra mujer. De esta manera, una mujer es la madre genética del bebé y la otra es la que llevará a cabo el embarazo, participando ambas de forma activa en todo el tratamiento.

Actualmente, la pluralidad de los distintos tipos de familias es posible gracias a los avances de la legislación española:

La legislación española permite la realización de tratamientos reproductivos para “madres solteras” o sin "pareja masculina" en su Ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Asistida en la que se indica que: “Toda mujer mayor de 18 años y con plena capacidad de obrar podrá ser receptora o usuaria de las técnicas reguladas en esta Ley, siempre que haya prestado su consentimiento escrito a su utilización de manera libre, consciente y expresa. La mujer podrá ser usuaria o receptora de las técnicas reguladas en esta Ley con independencia de su estado civil y orientación sexual”.